29 de agosto de 2010

La festivalización de la cultura: una visión desde la ciudad de Veracruz

Desde la fundación del Observatorio, ha sido de nuestro interés el reflexionar sobre la promoción cultural operada desde las instituciones, por lo que en relación al Estado y su visión de lo que debe de ser la cultura significa. El tema de los festivales en Veracruz no es inédito en el Observatorio, pero en esta ocasión Christian Rinaudo pone el énfasis en la festivalización como fenómeno de marketing político.
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Desde hace más de cincuenta años, los grandes festivales populares forman parte de la producción y de la oferta cultural de los países industrializados. Cuando en 1947 Jean Vilar organiza el primer Festival de Avignon, en el sur de Francia, la idea era conquistar un público joven, nuevo, atento, y proponer un teatro distinto a los que se realizaban en el París de aquel entonces. Sucedió lo mismo en el mundo de la música con la creación del Festival de Aix-en-Provence en 1948, y en México con los inicios del Festival Internacional Cervantino en 1972.

Así, en sus principios los festivales fueron marcados por las ideas de la educación popular descentralizada, de la patrimonialización de los espacios de cultura y de la atracción de las ciudades organizadoras: constituían proyectos de formación de un público que no tenía la posibilidad de acceder a una educación de gran calidad a través del fomento de la enseñanza cultural (música, teatro, danza, cine…); a la vez que contribuyeron al rescate y a la puesta en escena de un gran número de plazas públicas, patios, iglesias, conventos, centros históricos en adelante asociados a la cultura y en algunos de los casos reconocidos como patrimonio mundial de la humanidad (en México se puede mencionar el Festival de México en el Centro Histórico iniciado en 1985 o el Festival Internacional de Morelia fundado en 1989); por fin, cada vez más, la creación de festivales internacionales son impulsados por las administraciones locales dado que contribuyen a crear un conjunto de imágenes para promocionar a los estados y municipios anfitriones (1).

Resulta notable que al interior de las políticas culturales, con la transformación de la cultura vista en un principio como “cultura-educación”, los festivales, cada vez más numerosos, se han convertido en un instrumento de diversión y de distracción, y por consiguiente en una “cultura-espectáculo”, lo cual fue señalado por numerosos analistas como una tendencia general de la evolución de las políticas públicas en las democracias neoliberales, en nombre de la democratización cultural.

En la ciudad de Veracruz, la creación de festivales fue una de las herramientas usadas por las administraciones estatales y municipales para poner en marcha una política cultural descentralizada. A finales de los años ochenta, con la creación del Instituto Veracruzano de la Cultura, la reflexión académica sobre el Caribe y su herencia africana (2) dio lugar a la creación del Festival Internacional Afrocaribeño en 1994, luego a la organización del Festival de Son Montuno entre 1996 y 2001, y a la fundación del Festival Internacional Agustín Lara en 1999 con sede en Xalapa, Tlacotalpan y Veracruz. Junto con estos festivales se organizaron otros eventos tales como cursos de danza y percusiones afrocubanas, talleres de salsa, son y danzón, mesas redondas, conferencias, conciertos y exposiciones.

Diseñado como un espacio de encuentro entre intelectuales y artistas, entre reflexiones académicas y manifestaciones populares, el Festival Internacional Afrocaribeño fue, en un principio, fomentado como “una de las promesas ‘festivaleras’ del país” (3); pero en poco tiempo se volvió rutina, los promotores culturales se desmotivaron pues no eran más que ejecutores de decisiones dictadas por el poder político. A tal punto que en el 2007, las personas encargadas de la programación y de la difusión del festival no supieron sino hasta el último momento que éste no se llevaría a cabo. También a tal punto que en el 2008, aunque este festival parecía estar definitivamente enterrado, la decisión de “resucitarlo” llegó, y en menos de tres semanas se improvisó un programa y se contrataron grupos.

A lo anterior, le podemos añadir otros dos aspectos para comprender la evolución de la política festivalera. El primero es el que consiste en concebir la cultura como un instrumento de marketing turístico y que se inscribe en una visión de la cultura como entretenimiento. Desde este punto de vista, los festivales ocupan un lugar cada vez más importante en las políticas culturales —en este se puede hablar de festivalización de la cultura—, tanto a nivel nacional como local. Con esto, se cumple, entre otros, con el objetivo de propiciar el gozo y la recreación de los espectadores (4), bajo la condición de que su programación no sea demasiado fina y profunda, permitiendo así “jalar” a numerosos visitantes.

El segundo elemento consiste en hacer de la cultura un instrumento de marketing político. En este sentido, el público al cual se dirigen los festivales no es tanto al turista (con el gran pesar de restauranteros y hoteleros de la ciudad) (5), sino más bien al elector atraído por los grandes espectáculos de entretenimiento completamente gratuitos y completamente pintados con los colores del partido en el poder. Por ejemplo, el verano del 2008, fue particularmente rico en espectáculos de entretenimiento gratuitos y en marketing político: primero con el Festival Afrocaribeño, organizado del 10 al 15 de junio, con carteles gigantes en la ciudad y un escenario monumental en la macroplaza del Malecón con su fondo rojo; luego el Primer Festival Cultural, Gastronómico y Musical BocaFest 2008, del 4 al 27 de julio en Boca del Río, con carteles y escenarios azules; y a manera de contrarrestar éste último, se organiza unos días más tarde en Veracruz, el Primer Festival Cultura, Fiesta y Tradición 2008 VeraVer, del 31 de julio al 2 de agosto de 2008 (y nuevamente carteles y escenarios gigantes con su fondo rojo). Como bien lo señalaba un periodista: “Los festivales culturales veracruzanos no son aptos para daltónicos” (6). Y la selección de la programación depende menos de la coherencia de un proyecto cultural que de la diversidad sociológica de los electores a quien se dirige: reguetón para los jóvenes, danzón para los viejos, son jarocho para el folclor local, chunchaca para todos… y “lo afro” para el exotismo.

Como lo hemos señalado, esta festivalización de la cultura no es lo propio de Veracruz, lo que le corresponde, y forma parte de la transformación de las políticas culturales en la globalización neoliberal. Sin embargo, no es tan utópico pensar que los grandes festivales tendrían que ser más independientes de las administraciones políticas, y más dispuestos a proponer una educación popular de calidad capaz de conquistar nuevos públicos exigentes y críticos, así como de fomentar nuevas corrientes artísticas.

(1)Véase el post del 14 de enero de 2008: Políticas culturales o marketing territorial y político desde la cultura.
(2)Véase el post del 29 de marzo de 2010: Música popular, africanidad y Caribe.
(3)Ver el post del 30 de junio de 2008: La promoción cultural en Veracruz. El Afrocaribeño.
(4)Ver el post del 31 de diciembre de 2007: El peso excesivo de la difusión artística en las políticas culturales.
(5)Así, al momento de la decisión de “resucitar” el Festival Afrocaribeño en junio del 2008, restauranteros y hoteleros de la ciudad señalaron en la prensa que este tipo de eventos sin ninguna continuidad ni calendario preciso e improvisado en el último minuto, no sirve de nada al desarrollo del turismo en Veracruz (Notiver, 13 de junio del 2008).
(6)Sergio Raúl López, “Veracruz vs Boca. Del Afrocaribeño al BocaFest”, Performance, 4 de agosto de 2008.

23 de agosto de 2010

Intermedio









Imágenes de la exposición ¡Vamos a Puerto! Algunos aspectos de nuestra cultura popular, fotografías de Lorena Pino, antropóloga egresada de la Universidad Veracruzana. Investigadora, educadora y promotora de la cultura popular, ha participado en numerosos foros y encuentros locales.

El texto curatorial de la exposición dice: "La fotografía posibilita el registro de lugares, tradiciones, alimentos, edificaciones, modos de ser y de hacer, que diferentes grupos al establecerse en Coatzacoalcos -en algún momento denominada Puerto México- trajeron consigo desde sus lugares de origen.

"A partir del encuentro de estas manifestaciones populares en un espacio común, el de la ciudad en crecimiento; los grupos migrantes construyeron nuevos modos de relacionarse culturalmente. Con el tiempo, algunas de estas expresiones adquirieron importancia y se han vuelto parte de nuestro Patrimonio Cultural local. Sin embargo, por su origen social han ocupado un lugar subvalorado y es así que, aunque están presentes por todos lados, casi siempre parecen invisibles.

"Lo popular tiene que ver con una condición subordinada, cuenta con sus propias manos y saberes aprendidos a través de la experiencia; produce lo que va a consumir y favorece el encuentro colectivo; por ejemplo: Una procesión religiosa, alegres fiestas familiares o un día de playa durante la Semana Santa con la familia o los amigos. Asimismo, lo tradicional ya no es el componente mayoritario de las culturas populares hoy día, pero las nutre y anima dándoles nuevos sentidos al coexistir y ser reelaboradas con el consumo cultural comercial. De modo que no hay una sola manera de ser popular, sino muchas."

La exposición fue inaugurada el 16 de Julio de 2010 y permanecerá abierta hasta el 31de agosto en el Art Café Alemán (Hidalgo 423, Centro) de la ciudad de Coatzacoalcos. El espacio abre de 12 a 24 hrs. de lunes a sábado. Los domingos no abre.

16 de agosto de 2010

Propuestas para fomentar el amor por la lectura, la escritura y la divulgación científica

Cerrando nuestra dupla dedicada a la lectura, Alicia Soto Palomino, docente, promotora y autora pedagógica, escribe sobre las estrategias locales que la Red Independiente de Promotores de Lectura de Veracruz ha establecido para fomentar la lectura y la educación reflexiva en nuestro Estado.
Alicia es miembro de número de la Academia Mexicana de la Educación y escribe constantemente en el Diario de Xalapa. Los miembros del Observatorio le agradecemos su participación en este espacio.

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Como coordinadora de la Red Independiente de Promotores de Lectura de Veracruz he realizado actividades enfocadas al fomento de la lectura y escritura lúdica y placentera, utilizando para ello, principalmente, los textos literarios. Desde hace cuatro años he incluido actividades relacionadas con el fomento de la divulgación científica, participando con diversas instituciones como son COVECYT, Universidad Veracruzana, IVEC, CONACULTA y la Dirección General de Telebachillerato. En ese marco, hace seis años participé como asistente en el proyecto de divulgación científica para niños titulado ¿Quieres saber?, coordinado por el Licenciado Adalberto Fox Rivera y un grupo de jóvenes que cursaban diversas carreras universitarias, apoyados por investigadores nacionales de todas las áreas.

Desde hace dos años que se formó esta red me he dedicado a impartir talleres a docentes y alumnos de diversos niveles educativos, y en conjunción con las instituciones antes mencionadas hemos tratado de compartir el amor y la pasión por la lectura, escritura y la divulgación científica a través de diversas manifestaciones artísticas como la pintura, la danza, el teatro y el canto, a la vez que se han recuperado las experiencias de los asistentes a los cursos en algunas crónicas y material virtual.

Los niños que asistieron a esos talleres se enamoraron de la ciencia y por ello han decidido estudiar carreras dedicadas a estas disciplinas (mis hijas son ejemplo de ello). Es por esto que hablo de mi experiencia y de la necesidad de fomentar el amor por la ciencia a través de talleres lúdicos y prácticos al mismo tiempo, que permitan acrecentar la investigación, la actitud crítica y reflexiva que en verdad conduce al cambio de nuestro entorno y de la sociedad en general.

Necesitamos ser cada vez más autónomos e independientes de los mecanismos y estructuras extranjeras, debemos producir nuestras herramientas y maquinarias, pero eso sólo se logrará si invertimos tiempo, capacitación y formación de calidad en nuestros hijos y alumnos. El desarrollo científico y tecnológico es un compromiso que los adultos no logramos alcanzar con eficacia, pero nuestros hijos cuentan con el apoyo y la experiencia de nosotros para lograrlo.

Somos un grupo de docentes comprometidos con el presente y con la juventud y por ello estamos planteando un taller permanente para la formación de capacidades expresivas y tecnológicas que permitirán a los alumnos extender su amor por la lectura, escritura y la divulgación científica. En el mes de octubre se realiza las semana de la ciencia y tecnología y ya estamos pensando en participar con algunos talleres y actividades que acerquen a los pequeños a la ciencia.

Necesitamos, como sociedad civil, apoyar iniciativas que fortalezcan los valores, tradiciones y enseñanzas que se han ido perdiendo por las influencias de la “modernidad”, la cual no es una antagonista, sino una auxiliar para lograr avances y alcances en todos los rubros del desarrollo social, científico y cultural.

Últimamente nos hemos reunido un grupo de personas en la Casa de la Cultura de Banderilla, y cobijados por la hospitalidad de la maestra Irma Yolanda Hernández Jiménez hemos realizado varios eventos enfocados al rescate de leyendas, historias relacionadas con la Revolución y los personajes famosos que han pasado por Banderilla. Las tertulias se acompañan con comida tradicional, pero es la participación de todos los asistentes, ya sean niños, jóvenes o adultos, lo que nutre el ambiente: todos tenemos algo que contar, algo que compartir, y es tan bello sentir la emoción de contar un relato y ver los rostros interesados en la anécdota, observar las expresiones de susto o asombro que causa en los pequeños es formidable, pues nos damos cuenta que aún siguen vivas las tradiciones. Doña Yola siempre dice: “antes nuestras pláticas estaban relacionada con lo que nos sucedía en las casas, durante la noche y se contaban si alguien había oído ruidos, sentido moverse la cama o los trates”. Ahora ya no se platica ni se sienten esas presencias…

Parecería que la magia se ha quedado dormida, que las tradiciones están agonizando y es por eso que debemos rescatarlas, darles nueva vida, recuperar los momentos gratos para compartir un café, un chocolate o un pan cocinado en horno antiguo.
Para el mes de octubre de 2010 estamos planeando hacer un recorrido histórico a las haciendas cercanas a Banderilla y de esta forma vivenciar el conocimiento de la historia a través de los cronistas del lugar. ¡Qué mejor de manera de aprender la historia que experimentándola y conociendo de labios de expertos los hechos, sucesos y lugares que nos han dado una identidad y una riqueza cultural!

En la actualidad algunos compañeros promotores de lectura que forman parte de la Red se encuentran trabajando en San Andrés Tuxtla impartiendo diplomados sobre la lecto-escritura, otras compañeras en Orizaba realizan actividades con alumnos de bachillerato y para compartir sus conocimientos los llevan a las escuelas de niveles de educación básica. Un compañero que trabajó en Mesa de Calcote trabajó en el rescate del náhuatl a través de las leyendas y hechos históricos de esa región.

Los integrantes de la Red somos personas preocupadas por el presente, y por ello siempre estamos pensando en las formas de rescatar las tradiciones, cultura y riqueza de nuestro Estado, además de impulsar el gusto por la ciencia y la tecnología. Si a alguno de los lectores le interesa unirse a esta aventura, para integrarlo a algunos proyectos les proporciono líneas abajo mis correos.

La promoción de la lectura con jóvenes y por jóvenes es nuestro gran reto; lograr que se interesen en unirse a este proyecto. Cito a Felipe Garrido: “la lectura se contagia y se aprende si es adquirida como un juego”.
Nuestro espacio vital sólo cambiará en la medida en que nosotros podamos intervenir. El futuro será mejor si desde hoy hacemos algo por cambiarlo, y si es de manera lúdica todos nos divertiremos.

http://miblogveracruz.blogspot.com
aliciasoto31@hotmail.com, aliciasoto31@yahoo.com.mx

8 de agosto de 2010

Intermedio


Fandango - El Fandanguito. Versión incluida en el disco de reciente aparición bajo el sello AliaVox El Nuevo Mundo. Folías Criollas grabado por Montserrat Figueras, Tembembe Ensamble Continuo, La Capella Reial de Catalunya y Hespèrion XXI dirigidos por Jordi Savall. Esta grabación todavía no sale a la venta en México.

El corte que subimos en este Intermedio abre con la voz de Patricio Hidalgo, sonero, versador y gran amigo que atraviesa por un mal momento debido a un problema de salud. Patricio, como casi todos los músicos del mundo, carece de seguridad social y para él y su familia es complicado enfrentar las consecuencias económicas (por no hablar de las otras)que acarreó la enfermedad de Ticho.

Solicitamos a la banda que echen una mano para que esto no se vuelva un problema mayor para la familia de Patricio. Por favor, donen, un poco, lo que se pueda, para ayudar a que nuestro querido músico siga cultivando la poesía que se cuela entre las tablas de la tarima:
Patricio Hidalgo Belli
Cuenta Perfiles Banamex
Número de cuenta: 7610681
Sucursal: 219
CLABE interbancaria 002877021976106811

Escribe Jordi Savall en el librillo que acompaña el CD: "Este proyecto que quiere contribuir a la recuperación y difusión de la memoria de estas músicas sobrevivientes (...) es también un sincero homenaje a todos los hombres y mujeres, casi siempre anónimos, que con su sensibilidad y talento musical y su gran capacidad de transmisión han contribuido a su permanencia hasta nuestros días." Patricio Hidalgo es uno de esos hombres. Ayudémosle.

PRÓXIMO POST: Lunes 16 de agosto.

2 de agosto de 2010

Los jóvenes sí leen

Esta semana hablamos de lectura. Y de jóvenes. Y de lo que significa que un joven tenga un libro entre las manos, los ojos en las letras. Lourdes Hernández insiste -bandera de vida- en la importancia del fomento a la lectura.
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Hablar de la lectura y los jóvenes desde la elaboración de juicios y críticas hacia este sector de la población es caer en estereotipos que en nada ayudan y sí entorpecen el impulso a la cultura.

Contrariamente a lo que se dice, los jóvenes sí leen. Lo hacen, pues la lectura es una manera de escaparse hacia un espacio propio, en donde la intimidad sólo puede ser cuestionada por el silencio de la lectura en voz baja, esa que trasciende el ser social para volcarse hacia el ser individual. Se trata de un lugar donde no hay limitante para la imaginación y la palabra. ¿De qué se nutre la juventud sino de sueños, experiencias nuevas y la posibilidad de existir con libertad cotidianamente?

Hasta para calificar sus hábitos de lectura, los jóvenes son incomprendidos. Se les sataniza, se dice que no leen, que no les interesan los libros, que lo que leen no sirve y muchas frases más que lo único que logran es alejar a los jóvenes de este hábito maravilloso y en el mejor de los casos, a que lo practiquen a escondidas.

En la Universidad Veracruzana existe un Programa de Formación de Lectores cuyo propósito radica en impulsar la lectura entre los estudiantes a través de la formación de círculos de lectores; en el nivel de secundaria también existe este trabajo y lo propio se realiza en el bachillerato. Sin embargo, pareciera que la lectura entre este sector de la población que va de los 13 a los 25 años, es un hábito que no está entre sus principales ocupaciones. ¿Rebeldía hacia lo establecido o hacia las instituciones? Quizás.

Las iniciativas que diversas instituciones llevan cabo para fomentar la lectura entre la población juvenil no son malas, quizás lo que todavía no se logra es implementar estrategias que permitan que los jóvenes se acerquen por iniciativa propia a encontrar las lecturas con las que más se identifiquen, aquellos escritores que les hablan de sus preocupaciones, esos temas que les hacen voltear hacia un libro. Se ha criticado la saga de Harry Potter de JK Rowling y la serie de libros que inició con el título Crepúsculo, de Stephenie Meyer. Sin embargo, estas obras han devuelto a niños y jóvenes el gusto por la lectura por los libros mismos y nos por las películas correspondientes. Hay, sin duda, un resurgimiento de la literatura infantil y juvenil, no sólo como un resultado del mercado editorial al atender un nicho comercial al que no se había puesto cuidado. Ahora los jóvenes leen porque los libros que se escriben para ellos obedecen más a sus inquietudes.

¿Por qué resulta difícil abordar el tema de la lectura en los jóvenes? De inicio se podría hablar de varios momentos en la etapa de la juventud: la adolescencia, de los 13 a los 15 años; la postadolescencia, de los 16 a los 18; la primera juventud, de los 19 a los 24, y la juventud madura, de los 25 a los 30 años. Es claro que en cada uno de estos momentos sus intereses son muy diversos y, por ello, la literatura que les gusta difiere también significativamente. Sin embargo, en cualquiera de esos momentos pueden ser atrapados por algún libro clásico que por alguna de las novedades editoriales.

Teóricos de las letras y del fomento a la lectura, antropólogos, sociólogos y escritores han hablado ya sobre esta problemática. Uno de los especialistas que más tiene que decir en este sentido, a nivel internacional, es sin duda la francesa Michèle Petit, quien desde 1992 trabaja sobre la lectura y la relación de distintos sujetos con los libros desde una perspectiva cualitativa. Uno de los estudios más relevantes que llevó a cabo en barrios marginales en Francia, consistió en entrevistas a jóvenes-muchos inmigrantes-cuyas vidas fueron cambiadas por la práctica de la lectura. Resulta muy emocionante y sobre todo de gran estímulo, leer las experiencias de estos muchachos quienes en situaciones desventajosas económica y culturalmente, la única salida para sentirse fuertes ante la adversidad, fue la lectura de diversos libros en las bibliotecas públicas.

En este sentido, la antropóloga Michèle Petit comenta que de acuerdo con sus estudios, si bien la proporción de lectores asiduos ha disminuido, la juventud sigue siendo el período de la vida en el que hay una mayor actividad de lectura, pues los libros tienen para los jóvenes ciertos atractivos particulares: les permite construirse, imaginar otros mundos posibles, soñar, encontrar un sentido a su vida y a pensar.

En Veracruz se carece de una política pública de fomento a la lectura. Existe un vacío legal que lamentablemente ha sido reproducido a nivel federal, ante la lentitud para echar a andar-en ambos casos-las leyes, estatal y federal, de fomento al libro y la lectura. Aunque no bastará tener un documento legal para asegurar la lectura. Es necesario atender lo anterior, con un compromiso serio a partir de una Agenda de Políticas Públicas de Lectura. Para tal fin, habrá que tener presente lo señalado por Emilia Ferreiro, para conceder a la lectura, su importancia verdadera: “El ejercicio pleno de la democracia es incompatible con el analfabetismo de sus ciudadanos”. Y lamentablemente en nuestro país, lo anterior es todavía una asignatura pendiente que nos ata a un pasado de esclavitud.