27 de diciembre de 2011

Intermedio

Ya se va el viejo muriéndose de risa...

El 2011 se va con su cauda de gracias y penas. Y en Veracruz sacar al viejo se volverá todo un reto. No se trata solamente de un gesto festivo que poco a poco deja de tener sentido para los jóvenes jarochos, sino que festejar en el espacio de la calle, para como está la cosa, le resulta poco prudente a muchas familias. Y lo mismo pasa con la Rama, las entrañables Naranjas y Limas.

Esperando que no se nos achique esta memoria, subimos varios videos que retratan esta fiesta callejera y popular, ritual de cierre de ciclos que convoca a la risa y a la burla como escape a las tensiones del tiempo vivido.


En el Puerto de Veracruz, en el Café de la Parroquia.


Video de TVSureste sobre el Viejo en Minatitlán.


El paseo carnavalesco que acompaña al Viejo en Catemaco.


Nota del sistema de noticieros Telever sobre el Viejo en los Tuxtlas.


Video de la Agencia VeracruzNews del concurso estatal de Viejos del 2009.

19 de diciembre de 2011

Un espejo: De Colombia a México

El otro es mirada y es reflejo.

Casi para concluir el año se nos ocurre que aunque nuestras realidades sean distintas a las que se viven allende las llanuras, hay eventos, reflexiones, cuestionamientos que se pueden parecer a lo nuestro, reflejos de nuestras propias inquietudes.

Queremos por ello recurrir a voces que salieron de otro lado en otro tiempo, para pensar sobre lo que nos ocurre en nuestro aquí y ahora. Volvemos la mirada de nuevo hacia Colombia, como hace dos semanas, e invitamos a Gonzalo Arango y a Alonso Salazar, a Jesús Martín Barbero y a Omar Rincón, y con sus textos, sus poemas, sus análisis, sus opiniones, queremos empezar a trazar un mosaico que nos hable también de nosotros.

Ahí va.

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Yo pregunto sobre su tumba cavada en la montaña: ¿no habrá manera de que Colombia, en vez de matar a sus hijos, los haga dignos de vivir?
Si Colombia no puede responder a esta pregunta, entonces profetizo una desgracia: Desquite resucitará, y la tierra se volverá a regar de sangre, dolor y lágrimas.
Gonzalo Arango. Elegía a Desquite. (1)


Lo narco no es solo un tráfico o un negocio; es también una estética, que cruza y se imbrica con la cultura y la historia de Colombia y que hoy se manifiesta en la música, en la televisión, en el lenguaje y en la arquitectura. Hay una narcoestética ostentosa, exagerada, grandilocuente, de autos caros, siliconas y fincas, en la que las mujeres hermosas se mezclan con la virgen y con la madre. A lo mejor, argumenta el artículo, la narcoestética es el gusto colombiano
y también el de las culturas populares del mundo. No es mal gusto, es otra estética, común entre las comunidades desposeídas que se asoman a la modernidad y solo han encontrado en el dinero la posibilidad de existir en el mundo.
Omar Rincón. Narco.estética y narco.cultura en Narco.lombia (2)


Se han hecho celebres los entierros de algunos fuertes de bandas, donde se mezcla la tristeza y el carnaval. Como el del Flaco, a quien los compañeros tuvieron cuatro días en velación, tomando aguardiente, soplando y oyendo la música que a él le gustaba. Lo pasearon por las esquinas de su barrio y le pusieron salsa en la misa (...) En una zona de la ciudad se adoptó por un tiempo la costumbre de sentar el cadáver dentro del ataúd y tomarse una fotografia con él.
Alonso Salazar. No nacimos pa' semilla. (3)


Me llama mucho la atención que, en No nacimos pa’semilla, Alonso Salazar arriesgue una hipótesis cultural más que política o socioeconómica para entender qué está pasando en las comunas: afirma que la cultura de esas bandas es la mezcla de tres culturas: la del mito paisa, la maleva –que se mezcló en las últimas generaciones con la de la salsa– y la cultura de la modernización. El mito paisa habría puesto el sentido de lucro, la religiosidad y el sentido de la retaliación. La cultura maleva los valores del varón, del macho que no se arruga. A su vez, esa cultura maleva, si bien es una cultura ascética, se mezcló en estos últimos años con la cultura del goce y del cuerpo que provenía de la cultura caribeña de la salsa, y ambas se han mezclado con una cultura de la modernidad que se define nítida y lúcida- mente en estos tres rasgos: en el sentido de lo efímero, el consumo y el lenguaje visual.
Jesús Martín-Barbero. Dinámicas urbanas de cultura. (4)


Yo ya tengo 13 muertos encima, 13 a los que yo les he dado, porque cuando voy en gallada no cuento esos muertos como míos. Si me muero ya, me muero con amor. Al fin de cuentas la muerte es el negocio (...)
Cuando voy a dispararle a una persona, lo unico que pienso: de malas que se encontró conmigo. Uno ya está enseñado.
Alonso Salazar. No nacimos pa' semilla. (5)


Nada que Dios no sepa: que los hombres no matan porque nacieron asesinos, sino que son asesinos porque la sociedad en que nacieron les negó el derecho a ser hombres.
Menos mal que Desquite no irá al Infierno, pues él ya pagó sus culpas en el infierno sin esperanzas de su patria.
Pero tampoco irá al Cielo porque su ideal de salvación fue inhumano, y descargó sus odios eligiendo las víctimas entre inocentes.
Entonces, ¿adónde irá Desquite?
Gonzalo Arango. Elegía a Desquite. (6)


Esta mezcla del relato largo con la gramática visual de la fragmentación es un buen señalamiento de pista para estudiar cómo las anacronías de la telenovela no son tanto anacronías como formas expresivas de los destiempos culturales a través de los cuales se constituye y se realiza la modernidad en América Latina. Las telenovelas colombianas muestran que en ellas está en juego no un mero fenómeno de manipulación de las industrias culturales, sino la pregunta de por qué esos relatos que hablan de la desdicha le dan a la gente tanta felicidad, por qué les gustan tanto, y si ese gusto es el último estadio de la perversión humana o es la expresión de otros gustos. ¿Cómo se incorporan a la modernidad esos destiempos, esas fragmentaciones, esas discontinuidades históricas, en que luchan las diversas memorias?
Jesús Martín-Barbero. Dinámicas urbanas de cultura. (7)


La sicaresca se lee con la fascinación que otorga la juventud del margen que juega al peligro y puede llegar a matarnos. ¡El goce de eso que creemos no somos! Para quedar claros, la sicaresca es la estética del joven, es una épica del éxito rápido, vivir a millón y morir joven. Otra cosa es la narco.estética, que es la expresión de los patrones, que es el gusto socializado en los adultos, que es la marca Colombia más actual.
Omar Rincón. Narco.estética y narco.cultura en Narco.lombia(8)


Hijo, consigue plata honradamente, y si no puedes, entonces consigue plata.
Alonso Salazar. No nacimos pa' semilla. (9)


El escritor y periodista más escuchado en la actualidad, Gustavo Álvarez Gardeazábal, escribió en 1995 en la revista Número que «el narcotráfico era una revolución cultural» que requería «el Napoleón que la consolidara (...) quien pusiera orden (...) y legitimara el cambio de valores, ese cambio de la moral del pecado por la moral del dinero». Y llegó Uribe y lo hizo mejor, porque juntó la moral del pecado con la moral del dinero, ideología confusión. Él es la moral, él y sus valores son la verdad por encima de toda ley y Constitución. El dinero no le preocupa, para eso están sus hijos y sus colaboradores, los nuevos millonarios en Colombia.
Omar Rincón. Narco.estética y narco.cultura en Narco.lombia(10)


La filosofía, las historias, los personajes de lo narco se cantan. Filosofía que celebra un destino trágico por ser hijos de la injusticia social y la pobreza, la corrupción política y el desprecio de los ricos, la falta de padres y el querer a las mujeres, el orgullo patrio y la culpa de eeuu. Las historias son las mismas que cuentan los periódicos, pero en su otra versión como héroes, valientes y leales; como seres nacidos del pueblo y luchadores por el pueblo; como robin hoods que dan lo que la ley y el gobierno quitan. Las historias comienzan contando el cultivo, el proceso de preparación, la exportación, la celebración de la burla a las autoridades y, sobre todo, cómo se vive con dinero y para qué se usa: mujeres, carros, armas y alcohol.
Omar Rincón. Narco.estética y narco.cultura en Narco.lombia(11)


Cuando uno está en condición tiene amigos a granel, pero si el destino cruel hacia un abismo nos tira, verás que todo es mentira y que no hay amigo fiel. Es que no importa moririse, al fin uno no nació pa' semilla. Pero morirse de una, para no tener que sentir tanta miseria y tanta soledad.
Alonso Salazar. No nacimos pa' semilla. (12)



(1) Arango, Gonzalo. "Elegía a Desquite" en Obra negra. Plaza & Janés, Bogotá, 1993.
(2) Rincón, Omar. "Narco.estética y narco.cultura en Narco.lombia" en Nueva Sociedad No. 222, julio-agosto de 2009.
(3) Salazar, Alonso. No nacimos pa' semilla. CINEP, Bogotá 1990.
(4) Martín-Barbero, Jesús. "Dinámicas urbanas de cultura" en Gaceta No. 12, Colcultura, Bogotá, 1992.
(5) Salazar, Alonso. Ibidem.
(6) Arango, Gonzalo. Ibidem.
(7) Martín-Barbero, Jesús. Ibidem.
(8) Rincón, Omar. Ibidem.
(9) Salazar, Alonso. Ibidem.
(10) Rincón, Omar. Ibid.
(11) Op cit.
(12) Salazar, Alonso. Ibid.

12 de diciembre de 2011

Intermedio

Celebrando este 12 de diciembre y lo que significa, en amplios registros, para el mundo simbólico mexicano, subimos el Xicochi conetzintle, motete de la natividad escrito por Gaspar Fernandes (1566-1629) tocado junto con el Xochilpitzahuatl, la flor menudita del canto náhuatl que se ejecuta en festividades varias, entre ellas las de la Virgen de Guadalupe.

Esta articulación de las dos piezas corre a cargo de Hespèrion XXI, la Capella Reial de Catalunya y Tembembe Ensamble Continuo, grabada para el disco "El Nuevo Mundo. Folías Criollas".

Sirva además esto para recordar a Montserrat Figueras, soprano excelentísima, fundadora de la Capella Reial de Catalunya, Hespèrion XX (ahora Hespèrion XXI), Le Concert `es Nations, la Fundación Centro Internacional de Música Antigua (CIMA) y el sello discográfico Alia Vox junto con su compañero de tantos años Jordi Savall. Falleció el pasado 23 de noviembre en su casa de Bellaterra, cercana a Barcelona, y nos dejó muy tristes y muy agradecidos por la maravillosa música que regó literalmente en vida. Descanse en paz.

5 de diciembre de 2011

Cultura vs. Violencia: el caso Medellín



Esta semana en el Observatorio por fin le damos espacio a la reflexión sobre el caso Medellín y su transformación de símbolo de la violencia producto del narcotráfico a modelo latinoamericano de desarrollo humano y capital de la lectura.

Si narramos esto es porque si bien los referentes entre esa ciudad y las nuestras no son idénticos, su historia puede darnos las claves para repensar nuestra experiencia y encontrar salidas a los tiempos extraños que transcurrimos. Nosotros así lo esperamos.

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Cultura vs. Violencia: el caso Medellín
Ishtar Cardona

La cultura es el espacio para buscarse fuera de las armas.
Sergio Fajardo


Medellín, la más educada...

Así se llamó el programa impulsado por el alcalde de Medellín, Colombia, Sergio Fajardo (2004-2007).

Medellín era considerada hasta finales de los años noventa la ciudad más violenta de América, y probablemente del mundo. En el 2003 Fajardo, matemático no adscrito a ningún partido político, gana la alcaldía de la ciudad a través de una plataforma ciudadana sustentada en una propuesta simple: cultura y educación para combatir la violencia.

En la entrevista que le realiza María Luisa Blanco para el diario español El País en 2006, Fajardo narraba como abordaba su propuesta el manejo de un contexto que se antojaba irresoluble: "Los problemas son los que afectan a toda la sociedad latinoamericana y es que son sociedades profundamente desiguales y en nuestro caso, además, se dan unas condiciones de violencia únicas. Intentamos dar respuesta en forma simultánea a esas dos situaciones. Nuestra propuesta es Medellín es la más educada, la educación como motor de la transformación social. Luego está la tarea de relacionarnos con el resto del mundo que nos conoce por la violencia y ahora nos va a reconocer por la forma cómo la transformemos"... "En la cultura está el espacio para encontrarnos por fuera de las armas. La mayoría de las personas que están en ese círculo no están motivadas por pasiones económicas o por la pasión del poder. La violencia hace que la gente se encierre en sus casas con rejas y en el terreno de la vida de la ciudad se reducen los movimientos. Construir una cultura es una forma de ser y de reconocernos entre nosotros".

Desde esta perspectiva, el gobierno electo utilizó el 40% del presupuesto de la ciudad -caso único en América Latina- para implementar mejoras en el sistema de educación y en la infraestructura urbana dedicada a actividades culturales. Se generó una relación más horizontal e integradora entre instituciones y población y se promovió la transparencia y la participación ciudadana. Según algunos analistas, los resultados fueron mejoras sociales y educativas; corresponsabilidad y participación ciudadana; diseños urbanísticos y equipamientos escolares novedosos, fuerte incremento de la inversión educativa, fortalecimiento de los medios de comunicación municipales, abiertos a la participación ciudadana, retroceso de la violencia y disminución de las desigualdades sociales.

Medellín, con sus sistema de Parques Bibliotecas, ha devenido un centro latinoamericano de la lectura. Las visitas al Parque Biblioteca España se cuentan por mil diarias, aproximadamente. Y como dice su constructor, Giancarlo Mazzanti, "A la gente le daba terror este lugar, la idea de la construcción es que todos la miren y la señalen. Más que un edificio, es un sitio de reconocimiento".

De ser la ciudad que inspiraba a decir "No nacimos pa'semilla", según el escritor y posteriormente colaborador de Fajardo, Alonso Salazar, la ciudad de los niños que soñaban con "un revólver. Un changón. Un fierro. Cualquier cosa que dispare", se ha vuelto una ciudad con visibilidad positiva en los informes del índice de desarrollo humano del PNUD.

Por supuesto, Medellín no se ha transformado en el paraiso en la tierra, ni en la utopía conquistada, pero le ha dado a sus habitantes nuevas formas de desarrollarse, de interactuar, de pensarse emprendedores, innovadores y con un mundo simbólico más complejo y amplio.

¿No podríamos pensar que en Veracruz somos dignos de que nos ocurra algo semejante, un mejor destino? O podríamos temblar pensando en lo que el escritor colombiano Gonzalo Arango cantaba en su Elegía a Desquite: "Yo pregunto sobre su tumba cavada en la montaña: ¿No habrá manera de que Colombia, en vez de matar a sus hijos, los haga dignos de vivir? Si Colombia no puede responder a esta pregunta, entonces profetizo una desgracia: Desquite resucitará y la tierra se volverá a regar de sangre, dolor y lágrimas."