2 de septiembre de 2013

Intermedio

Ante el horror, la creación, la reflexión...

La noche del 8 de junio de 2010 la vida de Irene se detuvo. Fue frenada por el muro de violencia que en México y en Veracruz se construyó a base de corrupción, impunidad, valemadrismo.

Para sobrevivir a esa ausencia su madre, Ester, escribió y escribió. Para no ahogarse. Para enlazarse con lo que queda. Para recuperar la voz.

Este próximo viernes 6 de septiembre se presentará en Casa Principal, en el Puerto de Veracruz, el libro "México 2010. Diario de una madre mutilada" escrito por Ester Hernández Palacios. El libro ganó en 2011 el Premio Bellas Artes de Testimonio “Carlos Montemayor” y desde hace ya algunos meses circula en librerías. 


 

Ester -quien le quitó la H a su nombre porque no se puede seguir siendo completud ante la muerte de un hijo- es investigadora de la Universidad Veracruzana. Antigua directora del Instituto Veracruzano de Cultura, es ante todo ensayista, poeta, narradora.

En la presentación estarán acompañando a la autora Marisol Robles e Ishtar Cardona

Presentación del libro

Diario de una madre mutilada

Viernes 6 de septiembre

Casa Principal

Mario Molina No. 315, Centro Histórico, Veracruz, Ver.

19:30 hrs.

Entrada Libre

 
V

Cuando llegamos al hospital, hay varias personas esperándonos afuera, entre ellos mis sobrinos. Me abrazan, la intuición se convierte en certeza.
-¿Dónde está Irene?
Mis sobrinos no pueden contestar, no recuerdo quien me informa que debo entrar a reconocer el cuerpo. Mi yerno me toma del brazo. No siento las piernas, sé que avanzo porque él se mueve.
Un doctor me mira con tristeza, casi diría con miedo. Corre una cortina blanca. Me acerco a la camilla. El cuerpo está cubierto por una sábana. Pálida como sólo es pálida la muerte, el pelo recogido y un tubo en la boca. Aún así, nunca ha sido más hermosa la muerte.
-Es mi hija.
-Llegó sin vida. Intentamos reanimarla, pero fue imposible. Los de la ambulancia dijeron que vivía. Debe haber fallecido al entrar. Tiene 26 orificios en el cuerpo, hubiera sido imposible... Lo lamento.
26 años tenía mi hija, 26 veces cruzaron su cuerpo balas asesinas, 26 veces le quitaron el color, el aliento... la vida. 26 veces se clavan las mismas balas con un martillo en mi cabeza. Me rompen, me vacían. No lloro, no grito.

Fragmento de México 2010. Diario de una madre mutilada
de Ester Hernández Palacios

 

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